domingo, 23 de octubre de 2011

La Traviata de Zandra

Por: Alfredo Jurado

Todos conocen la famosa ópera con la música del famoso maestro Giuseppe Verdi. Déjenme decirles que este artículo no trata de la ópera en sí, sino de un contratiempo que mi madre y yo pasamos por querer verla… Resulta que en una ocasión, una prima no quiso o no pudo ir a u  ballet de la otra famosa ópera “Carmen de Bizzet” (lamento no decirlo bien, no hablo francés) el cual fue estupendo y hermoso pues la música es movida y no te hace quedarte dormido, afortunadamente. Pero después de salir de tan perfecto y bien llevado acto, el cual se llevo a cabo en territorio hostil o también conocido como el Teatro Teresa Carreño, mi madre vio la gigantesca pancarta que decía: “PRÓXIMAMENTE: LA TRAVIATA, CONDUCIDA POR GUSTAVO DUDAMEL”. Mi madre quedo boquiabierta no creo porque solamente le gustara Dudamel, sino porque hay una canción que le encanta de la ópera que es el Bríndisi, sí ya saben el Bríndisi: na-na- na na na na naaaaaa; y otro pocotón de na-na’s en forma de tarareo. El hecho es que con toda la emoción dijimos: “Vamos a venir a ver la ópera”. Nos propusimos a reservar las entradas, o bueno, por lo menos yo sí me lo propuse. Todos los días era: “Reservaste, ¿no? Bueno tranquila, más tarde… Recuerda reservar las entradas, ¿ok?... Resérvalas por favor, recuerda la ópera.” En fin, resulta y acontece que llegamos al teatro y fuimos a comprar las entradas que si que un día antes del espectáculo, y eso que le había viniendo acordando a mi mamá reservarlas por un mes o por tres semanas de anticipación. Llegamos a la taquilla y mi mamá hizo la pregunta, que por cierto me pareció un poco absurda: “Señor, ¿aún tienen entradas para la Traviata de Verdi?... Lo siento señora, pero se agotaron todas, ya las vendieron… ¿Y no habrá manera de conseguir otras?... No señora, están todas agotadas.” Cómo no van a estar agotadas, por favor. Desde ese día, cada vez que queremos ir al teatro, cualquiera, siempre le recuerdo el inconveniente de La Traviata… y lo hago porque se lo merece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario