sábado, 15 de diciembre de 2012

La máxima tragedia o ironía



Por: Alfredo Jurado
La máxima muestra del dolor, del sufrir y de las penas humanas, expuesto en forma de una tragedia al estilo de un guión teatral, sería aquella en la cual un individuo cualquiera, que fuera cauto y normal, quasi monótono en sus acciones de vida y en su forma de pensar, se diera cuenta, en un momento de contemplación a la nada, que todo el mal que hay, todo el sufrir, el dolor y la agonía que se encuentra en el mundo, se derivan del estado de soledad. Aquellas desgracias, esa injustica que pedimos cese, el dolor del alma, sus malestares y sufrimiento, todo aquello que nos ataca y nos acongoja, es producto de la soledad. El crimen prolifera y se crea porque el perpetrador no posee un rumbo, no tiene un guía que lo ayude a entender las oportunidades que posee, oportunidades virtuosas, morales y buenas; lo hay porque está solo de espíritu, de ayuda, carente de entendimiento y compañía, carente de bondad, está vacío. La injusticia igual porque se logra cuando un individuo o grupo no tiene la suficiente fuerza ni el suficiente apoyo para hacer valer aquello que es correcto, aquello que es moral, honrado, pero verdaderamente bondadoso y utilitario; no logran el objetivo, están por sus cuentas. Igual pasa con cada tragedia humana; son experiencias individuales que sólo son entendidas por el mártir, son el dolor puro que juega y se ríe de cómo manipula los sentimientos y sensaciones, es la agonía de un grito tan mudo y callado, que el sólo intento de que sea escuchado ya es suficiente penuria para el alma atrapada y no puede expresarse bien. La máxima tragedia sería que, sabiendo esto, ese individuo fuera realmente impotente, realmente inútil, al querer solucionar o por lo menos dar una solución, y lo es porque está y siempre estará solo.

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