miércoles, 16 de enero de 2013

Se auto-realizó



Por: Alfredo Jurado
Hoy no sé cuántos serán, pero sé que los cumple, sé que celebra un año más de vivir. Ya andará golpeado, restaurado y embarrado de maquillaje e encandilado por las luces de los estudios o de su cuarto a los momentos de leer, pero sé que no le falta nada, se le nota. Ya será mayor y ya nos dará sus puntos de vista acerca de todo lo que sucede con audaz ojo crítico y con certera puntería. Pero no creamos mucho de la imagen que este señor da ante las cámaras y los televidentes, ante los radioescuchas y los millones de personas que alguna vez hayan visto alguna foto suya; lo que aparenta él no es eso, al contrario, es más, mucho más que eso y se los digo porque lo he vivido y lo he presenciado. Su persona y ser, su manera de actuar y hablar, todo él se ha formado gracias a los beneficios y desdichas de la vida de un hombre cualquiera que ha logrado pasar los estadios de la vida definidos por Kierkegaard. Sé bien que al principio, como muchos de nosotros que somos jóvenes, tuvo la actitud de cualquiera que quiere vivir la vida como aquel que siente no le falta nada y nunca le faltará. Pero luego quiso pasar a esa parte de la vida del hombre honrado, moral y bien educado, que lamentablemente la vida le hizo reconsiderar eso y que lo llevó a despedirse de su patria, de su familia y de todo aquello que conocía y quería. Pero así, llevado por la angustia, pero con gran fuerza animal (de ánima, ojo) logró sobreponerse a todo y halló a el Soberano, entendiéndolo y decidiendo vivir una vida que le provee todo y que le refuerza aquella creencia de que nunca nada le hará de faltar por el reto del tiempo que viva. Me he excedido en este escrito, sólo para decirle: feliz cumpleaños hermano, felicidades.

1 comentario:

  1. No dejo de leerlo y de honrarme con tu escrito, porque nunca nadie habia resenado mi vivir y por ello te agradezco desde el afecto y la admiracion a tus tempranos pero a la vez maduros talentos....mil gracias!!!

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