Por: Alfredo Jurado
Revisando y buscando unos guantes en el closet, me encontré un antiguo trabajo del colegio en el cual nos mandaron a hacer un credo personal, un credo que dijera nuestra forma de ser y pensar, algo que reflejara nuestros sentimientos en el momento de la transición de la camisa azul a la camisa beich. Mi credo, se los transcribo, dice algo así: “Creo en lo que voy a escribir en este momento: Creo en Dios, la Virgen María y el santo Padre. Creo en mi familia, en mis amigos y compañeros. Creo en el estudio como fuente de nuevos descubrimientos. Creo en la gente buena (…). Creo en la vida (obvio, estoy vivo) y en el derecho a tenerla. Creo en todos los deberes, pese a que no todos los cumplo. Creo en el universo y el planeta y la realidad como creo en la fantasía. Creo en lo que me gusta y en lo que no. (…) Creo en la libertad y en la democracia, pero no en la tiranía y el totalitarismo. (…) Creo en mi casa como mi fortaleza. (…) Creo en Ciencias y Humanidades, como en que no debería haber tanta diferencia entre ellas. Creo en el prestigio como en el desprestigio y espero nunca aplicar este. Creo que todo lo que he escrito es redundante, pero me da igual ya que es todo lo que creo.” Ahora viéndolo todo en retrospectiva, me doy cuenta que ciertas de esas cosas en las que creía, han sido cambiadas por otras. Esencialmente siguen siendo las mismas, algunas, pero otras ya se reemplazaron. Eso me dice y me demuestra el milagro de la naturaleza y la evolución, porque he podido ver el ser que era hace unos tres años aproximadamente y que ahora es, en muchas cosas, distinto.
Pues en la vida todo es cambio. Contemplar la Historia humana es eso: ver una constante evolución y transformación. Y si miramos a las estrellas, podremos ver que es igual: todo se mueve, todo muta, todo cambia, y sin embargo, paradójicamente a nosotros nos parece que todo permanece quieto, tranquilo, silencioso y profundo: la negra noche, las montañas, los mares y los ríos. En medio de tanta inmensidad, la pequeñez de nuestra humanidad cree que tanta quietud será eterna y no percibimos que en lento pasó del tiempo, todo se está moviendo y seguirá cambiando...
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