Quedé fascinado
Por: Alfredo Jurado
Ya han pasado cuatro días desde mi llegada a mi país, el cual extrañé y añoré durante el mes y medio que pasé fuera de él. En los lugares que estuve se puede decir que se vive una experiencia interesante pues son otros mundos distintos, que si bien están en el mismo continente, no hablan las mismas lenguas y su cultura es, en algunos casos, distinta a la de uno. Para esclarecer las dudas, diré que estaba en Miami, la Tierra de las Naranjas, donde pasé un mes con mi hermano, su esposa, su hijo y su perro. Ahí crecí como persona y la experiencia fue placentera. Pero después baje un poco más y me encontré en México, tierra de una Historia rica en muchos aspectos. Una tierra que tiene tantos picantes como dioses tuvieron los antiguos Aztecas. México, en lo particular, me provoca sentimientos encontrados, pues si bien amé la cultura, la Historia del pueblo y sus personajes principales como Hidalgo, Pancho Villa o Diego Rivera e incluso León Trotsky, la comida y la amabilidad de su gente, no toleré muy bien su exagerado culto a las escaleras (¡Dios, cuantas escaleras tenían!) o el tremendo calor que hacía de día, y el terrible frío que encontrábamos en las noches y, claro está, los nombres de los dioses o personajes de los Aztecas. Pero en verdad, el viaje a México trajo más satisfacciones y enseñanzas que fastidio y aburrimiento, ya que me pudo mostrar muchas de las cosas en las que Latinoamérica, y en especial Venezuela, deben mejorar y seguro las podrán lograr, tal vez no en un futuro cercano, pero soy optimista en que sí se pueden superar. Dije que en Miami pasé un mes y una semana; bueno, en México sólo pasé una semana, pero aprendí muchas cosas como si hubiera pasado por lo menos otras tres más y déjenme decirles, México es tierra de gran cultura e Historia, me fascinó.
¡Mis felicitaciones Alfredo por tu primera gran incursión por el mundo del Blog! El mayor éxito en el inicio de esta aventura.
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