Por:
Alfredo Jurado
Porque,
no es que no te quiera escribir; no es porque no sienta que no te deba
escribir; no es ni siquiera que no quiera que tu sientas que te falta que te
escriba…es simplemente que...hay tantas cosas que se deben decir, como tantas
que hay que callar. Porque, hay tantas noticias que dar, como tantas otras que
se deben censurar. Siempre habrá razones, razones “infinitas” que servirán de puro
parloteo y de pura excusa vaga que nunca llegarán a algo en concreto porque no
tienen ni pies ni cabeza para que sean tomadas en cuenta como algo cierto o
real… La verdad; bueno, la verdad es que…no sé, ¿qué es la verdad? Acaso
leyendo a Platón o a Descartes la has encontrado; o quizá te desdichó leer a
San Agustín y a Ortega y Gasset. Supongo que todos ellos tienen sus concepciones
apoyadas en las concepciones de otros muchos que piensan sobre las concepciones
de mil y un maestros más que nos querían y quieren decir algo trascendental, y
que seguramente lo han logrado, no lo dudo, pero son cosas que simplemente no
hemos internalizado "muy bien" que se diga… Sí, delirar, delirar es algo común en
muchos aunque lo nieguen y les desagrade, pero pasa. Porque es una de las
formas en que se puede escapar de lo que sentimos nos “atrapa” y una de las
formas en que nos sentimos… ¿Sabes? Te he estado hablando por hablar, sin
llegar a decirte algo cierto y trascendental…quizás sea un Schelling más que
busca argumentarte el por qué Lucrecio estaba mal y cómo dicho error afectó a
Confucio en el más allá, sin embargo, siento no he perdido el tiempo, pues
logré captar tu “atención”, sin esto querer decir tu “interés”… Ahora, responde
y si quieres argumenta bien: ¿de casualidad has visto el cielo hoy y alguna hoja
caer?
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