miércoles, 10 de abril de 2013

El pseudo humano



Por: Alfredo Jurado
Llegan momentos, instantes oleadas, en que no se está; la presencia física queda, pero la esencia no se halla, no está presente. Es un momento en el cual la contemplación de lo infinito no trae ni agravios, ni epifanías ni grandes explosiones de ideas. Es un momento en el cual sólo queda el caparazón y las funciones vitales continúan, sin razón aparente, pero con la simple intención de existir. Se es nada en concreto; se es un idiota con una simple mirada perdida, que divaga de lado a lado, no en busca de algo tan espectacular como para romper con preconcepciones, sino simple pérdida de toda conciencia y estado de presencia. No hay sentir, no hay añoranza, no hay deseos ni esperanzas; no hay dulces ni dolores; no hay algo, sólo queda nada… Son momentos que pasan tan fugazmente como vienen; pero la relatividad del tiempo, hace que parezca ese estado de “no-presencia” un período largo que al volver uno en sí, lo que queda es desorientación.

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