viernes, 2 de diciembre de 2011

Mamón no es girasol

Por: Alfredo Jurado
Sentado y pensando, me di cuenta, que así como mi hermano dice: “Las buenas intenciones no preñan”, asimismo digo: “Mamón no es girasol”. Ahora, esto me llegó por algo de lo que se vive el día a día. Hoy, por ser un día de asueto, me he propuesto varias cosas que hacer, de las cuales, ninguna he llevado a lo material. No son cosas que se puedan considerar de carácter dificultoso, porque no lo son. El simple hecho de visitar a unos amigos o nadar un rato no son actividades difíciles, aunque los amigos no vivan cerca y el cielo no dé indicios de claridad. Pero son, esas decisiones, mamones. Porque, así como el mamón da vueltas en la boca de una persona o como el típico dicho venezolano: “Dando más vueltas que mamón en boca e' vieja”, las ideas daban vueltas en mi cabeza, las pensaba, las reflexionaba, me adentraba en ellas un rato largo y sin apuro, pensando en ellas y cómo las iría a materializar. Pero a causa de mi gran flojera y por el día de descanso que se dio casi caído del cielo y el cual, en parte agradezco, en parte no me agrada la causa, decidí dedicarme a la vagancia y descanso, recuperándome nuevamente de mi cansancio académico, y por lo tanto, no parar en cuenta de las ideas de mi mente. Ahora, ¿en dónde entra el girasol en todo esto? Si no se ha notado, en todo; porque el girasol florece, florece como lo debería hacer una acción después de una determinada acción razonada, florece como lo debería hacer mi disposición para llevar a cabo las ideas propuestas por mi persona, florece porque lo riegan y lo abonan con determinismo y ganas de ponerse en acción… Pero hoy, el girasol decidió ser lo que no es, ser mamón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario