domingo, 3 de febrero de 2013

Un mundo sin exquisitez



Por: Alfredo Jurado
Hoy día no puedo entender cómo la gente sigue pidiendo buen trato, cordialidad, respeto y buenas maneras. Cómo se exige una buena atención en sitios públicos: oficinas, restaurantes, ministerios, institutos, etc. El mundo ahora es más desconfiado, más violento, más estresado, más intrincado y más conectado. Ya la vida, de cierta forma hablando, no es tan “llevadera” o ya no es más tranquila, no es más, no lo sé, ya la vida simplemente no es tan… Conozco los estigmas que dejó la guerra fría en las personas: sus actores y público hacen gala del estrés que se tuvo desde 1948 hasta 1991, con todo lo que ella implicó y más: la Revolución Cubana, la Guerra de Corea, Vietnam, Watergate, Nicaragua, Irán, etc., etc., etc. Sus vidas estaban llenas de tantas disputas y tantos ataques internacionales que el sólo abrir de un periódico y ver los encabezados, ya era una locura vivir en esos tiempos. O eras “verde” o eras “rojo”, no había intermedio; o eras “conservador” o eras “renovador”; te adaptabas o morías, así era la cosa (y hoy día la cosa parece seguir así). Ya creían que la humanidad había alcanzado cierto grado de altura, madurez y tolerancia con las llegada de los 90’s y con un futuro prometedor en el siglo XXI…supongo que el errar sigue siendo de humanos tan “avanzados”. Ahora, en estos nuevos tiempos, y pensándolo mejor, no es que tengamos estrés, no…tenemos “terror”; es algo nuevo que se ha agregado a la vida del hombre de este tiempo y que causa estrés y que comenzó en 2001 y se empeora cada vez más y más. Pero con el internet, la UE, Facebook, la Apple, el universo televisivo “sin barreras” y más, parece que, aun en este mundo de terror, la gente no deja de pedir exquisiteces.

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